El Cuarteto Abreu ofreció, ayer, un recital de cuerda en la Sala Pereda del Palacio de Festivales, enmarcado en los actos de celebración del 50 aniversario de la Asociación Amigos del Festival Internacional de Santander. Unos actos de celebración que comenzaron en el año 2018 y se prolongarán durante este 2019, ampliando, un año más, su compromiso con la cultura y la difusión de la música clásica en la capital santanderina.
“Estamos muy agradecidos con la Asociación Amigos del FIS por darnos la oportunidad de actuar en una sala como ésta, como el Palacio de Festivales de Santander. Acabamos de finalizar nuestros estudios en el conservatorio y para nosotros es un lugar idílico”, afirmaba Inés Moreno, uno de los integrantes del Cuarteto Abreu, instantes antes de comenzar su recital.
Además –añadía Inés- “varios integrantes del grupo somos de aquí, de Santander, y hemos venido al Palacio de Festivales a ver conciertos desde pequeños. Es una sala preciosa y para nosotros es una gran oportunidad”.
América Fernández, Presidenta de la Asociación Amigos del FIS, se mostraba muy contenta por acoger a un grupo “joven que representa a la perfección lo que se está haciendo en las escuelas de música actualmente. Queremos demostrar a los jóvenes que hay música más allá del reggaeton. Necesitamos un relevo generacional”.
“Tenemos muchos proyectos en mente; además de seguir acogiendo conciertos, como el de Domenico Codispoti del próximo mes, y demás eventos. La música de cámara, que es lo que más trabajamos, tiene un público muy específico, y queremos darla a conocer”, añadía América.
Laura Sánchez y Alberto Cid, violines, Inés Moreno, viola, y Nora López, violonchelo, actuaron durante, aproximadamente, 60 minutos, interpretando piezas de Mozart, Webern y Shostakovich.
El Cuarteto Abreu recibió su formación bajo la tutela de Elena Escalza, en el Musikene de San Sebastián, Centro Superior de Música del País Vasco. Toma su nombre en honor al músico, político e historiador José Antonio Abreu (1939-2018), artífice de un proyecto de gran éxito, exportado a más de 70 países, con el objetivo de ayudar a niños en situación de exclusión social, sacarlos de la calle y enseñarles el poder de la música, capaz de transformar vidas.
